miércoles, 28 de septiembre de 2016

“Los peces no cierran los ojos”; Erri De Luca

-¿Te gusta el amor?- preguntó mirando muy fija hacia delante, donde se levantaba la alzada de una barca coloreada de blanco y con una franja azul.
-Antes de este verano lo leía en los libros y no entendía por qué los adultos se acaloraban tanto. Ahora lo sé, provoca cambios y a las personas les gusta que las cambien. No sé si me gusta, pero ahora lo tengo y antes no.
-¿Lo tienes?
-Si, me he dado cuenta que lo tengo. Empezó con la mano, la primera vez que me la mantuviste sujeta. Mantener es mi verbo preferido.
-Qué cosas más graciosas dices. ¿Estás enamorado de mí?
-¿Se dice así? Empezó por la mano, que se enamoró de la tuya. Después se enamoraron las heridas que se pusieron a curarse a toda prisa, la tarde que viniste a verme y me tocaste. Cuando saliste de la habitación, me sentía mejor, me levanté de la cama y al día siguiente estaba en la playa. 
-Entonces, ¿ te gusta el amor?
-Es peligroso. Provoca heridas y después, a causa de la justicia, más heridas. No es una serenata en el balcón, se parece a una marejada del ábrego, revuelve el mar por encima y por debajo lo remueve. No sé si me gusta.
-El beso que te dí, ¿eso te gustó por lo menos?
-Ése no me lo diste a mí, se lo restregaste en la cara a los dos que estaban por los suelos.
Sentados al lado con poca luz, las palabras subían ágiles, como burbujitas.
-¿Eso quiere decir que tengo que darte uno todo tuyo?

Se volvió hacia mí. Por instinto, quise girarme del lado opuesto, pero una fuerza imprevista me giró la cabeza y el cuello hacia su lado. Se detuvo la cháchara que me había salido con facilidad mientras no la miraba. Era tan hermosa de cerca, con los labios ligeramente abiertos. Me conmueven los de una mujer, desnudos cuando se aproximan para besar, se desvisten de todo, de las palabras hacia abajo.
-Cierra esos benditos ojos de pez.
-Es que no puedo. Si tú vieras lo que veo yo, no podrías cerrarlos.




martes, 20 de septiembre de 2016

"El valioso tiempo de los maduros"; Mario de Andrade

Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…
Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a manipuladores y oportunistas.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Sin muchos dulces en el paquete…
Quiero vivir al lado de gente humana, ...muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya de sus responsabilidades.
Que defienda la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a quienes los golpes duros de la vida, le enseñaron a crecer con toques suaves en el alma.
Sí… 
tengo prisa… -por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Tenemos dos vidas y, la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una...

viernes, 16 de septiembre de 2016

jueves, 15 de septiembre de 2016

"Alexis o el tratado del inutil combate"; Margerite Youcenar

Me he dado cuenta de una cosa, Mónica: dicen que en las casas viejas siempre hay algún fantasma; yo nunca vi ninguno y, sin embargo, era un niño miedoso. Quizás comprendiese ya que los fantasmas son invisibles porque los llevamos dentro. Pero lo que hace que las casas viejas nos resulten inquietantes no es que haya fantasmas, sino que podría haberlos.

Creo que aquellos años de infancia han determinado mi vida. Aunque tengo otros recuerdos más cercanos, más diversos, quizás mucho más definidos, parece como si esas impresiones nuevas, al ser menos monótonas, hubieran tenido menos tiempo para dejar huella en mí. Todos somos distraídos porque tenemos nuestros sueños; sólo la continua repetición de las cosas termina por
impregnarnos de ellas. Mi infancia fue solitaria y silenciosa; me hizo tímido y por consiguiente, taciturno.

¡Cuando pienso que hace casi tres años que te conozco y que me atrevo a hablarte por primera vez! Y eso porque lo hago por carta y porque es necesario. Es terrible que el silencio pueda llegar a ser culpable. Es la más grave de todas mis culpas, pero, en fin, la he cometido. Pequé de silencio ante ti y ante mí. Cuando el silencio se instala dentro de una casa, es muy difícil hacerlo salir; cuanto más importante es una cosa, más parece que queramos callarla. Parece como si se tratara de una materia congelada, cada vez más dura y masiva: la vida continúa por debajo, sólo que no se la oye.

viernes, 2 de septiembre de 2016

Extrema derecha por Evaristo Páramos

- Papa que es la extrema derecha?

- Pues mira hija, la extrema derecha es la banca, la policia y tambien el ejercito, los politicos, el tendero que quiere ser como ellos, el vecino que no quiere despertar y prefiere odiar al que protesta y obedecer al que le pisa...
De extrema derecha puede ser cualquiera. Los cristianos, los musulmanes, los ateos...
La extrema derecha es muy dificil de admitir, porque vive aqui, dentro de la cabeza de la gente y del cerebro de Dios y del demonio y ademas puede estar en cualquier cosa que hagas, porque casi todo lo que hacemos en la vida esta pensado por unos señores que tienen una enfermedad muy mala que se llama "Obligar a los demas a que vivan para conseguir dinero", para que? para tener las cosas que ellos venden y que nosotros hacemos con nuestro trabajo. El coche, el piso... eso es lo que nos hace la extrema derecha y ademas nos hace vivir en unos horarios, tener miedo, desconfiar de los demas, comer lo que ellos quieran, vestirnos todos con la misma ropa, comer lo mismo, comprarlo todo en esas tiendas tan grandes donde papa te lleva en el carrito y muchas cosas mas. La extrema derecha hija buff!!

- Papa, y que es la extrema izquierda?

- A esa la castigaron a irse, muy, muy lejos y a que no volviera nunca, pero yo creo que un dia volvera y le dara una patada en el culo a la extrema derecha para que se vaya a hacer puñetas.

- Papa, que son puñetas?

- Las que nos hace la extrema derecha hija... mira, mira, mira, mira! Goooooooooooool del Celta!!
Hala Celta!! Oe, oe, oe, oe!!