jueves, 27 de octubre de 2016

La resistencia de los hilos según Pablo Ramos

“No busco consuelo, busco entender que la vida pende de un hilo, pero que si ese hilo aguanta qué importa que penda de un hilo.”



jueves, 6 de octubre de 2016

"Diálogos"; Giles Deleuze & Claire Pernet

Todo acontecimiento es una llovizna. Si los infinitivos «morir», «amar», «moverse», «sonreir», etc., son acontecimientos, es porque hay algo de ellos que su cumplimiento no logra realizar, un devenir que no cesa de alcanzarnos y a la vez de precedemos, como una tercera persona del infinitivo, una cuarta persona del singular. Sí, el morir se engendra en nuestros cuerpos, se produce en ellos, pero viene del Exterior, singularmente incorporal y precipitándose sobre nosotros como la batalla que sobrevuela a los combatientes, como el pájaro que sobrevuela la batalla. El amor está en el fondo de los cuerpos, pero también sobre esa superficie incorporal que lo hace surgir. Aunque bien es cierto que, agentes o pacientes, cuando actuamos o sufrimos, aún nos queda el ser dignos de lo que nos sucede. En eso consiste, sin duda, la moral estoica: no ser inferior al acontecimieto, convertirse en el hijo de sus propios acontecimientos. La herida es algo que yo recibo en mi cuerpo, en tal punto, en tal momento, pero también hay una verdad eterna de la herida como acontecimiento impasible, incorporal. «Mi herida existía antes que yo, yo he nacido para encarnarla». Amor fati, querer el acontecimiento, nunca ha sido resignarse, y mucho menos hacer el payaso o el histrión, sino extraer de nuestras acciones y pasiones esa fulguración de superficie, contraefectuar el acontecimiento, acompañar ese efecto sin cuerpo, esa parte que supera el cumplimiento: la parte inmaculada. Un amor a la vida que puede decir sí a la muerte. Ese es precisamente el camino estoico. También el de Lewis Carroll: fascinado por esa niña cuyo cuerpo está trabajado en profundidad por tantas cosas, pero también sobrevolado por tantos acontecimientos sin espesor. Así pues, vivimos entre dos peligros: el eterno quejido de nuestro cuerpo, que siempre encuentra un cuerpo acerado para cortarlo, un cuerpo demasiado grueso para penetrarlo y ahogarlo, un .cuerpo indigesto para envenenarlo, un mueble para tropezarlo, un microbio para producirle un grano; pero también el histrionismo de los que imitan un acontecimiento puro y lo transforman en fantasma, y alaban la angustia, la finitud y la castración. Hay que lograr «erigir entre los hombres y las obras su ser anterior a la amargura». Entre los gritos de dolor físico y las alabanzas del sufrimiento metafísico, ¿cómo trazar ese sutil camino estoico que consiste en ser digno de lo que sucede, en extraer algo alegre y amoroso de ello, un fulgor, un encuentro, un acontecimiento, una velocidad, un devenir? «Yo sustituiría mi gusto por la muerte, que sólo era un fracaso de la voluntad, por unas ganas de morir que correspondiesen a la apoteosis de la voluntad.» Sustituiría mi abyecto deseo de ser amado por una capacidad de amar: no una voluntad absurda de amar cualquier cosa y a cualquiera, ni tampoco identificarse al Universo, sino extraer el puro acontecimiento que me une a los que amo, y que de la misma forma que yo no los espero no me esperan a mí, puesto que lo único que nos espera es el acontecimiento, Eventum tantum. Hacer de un acontecimiento, por pequeño que sea, la cosa más delicada del mundo, justo lo contrario de hacer un drama, o una historia. Amar a los que son así: cuando entran en una habitación, no son personas, caracteres o sujetos, son una variación atmosférica, una variación de color, una molécula imperceptible, una población discreta, una neblina o una llovizna. Verdaderamente todo ha cambiado. Los grandes acontecimientos no se hacen de otra manera: la batalla, la revolución, la vida, la muerte .. . Las verdaderas Entidades son acontecimientos, no conceptos. Pensar en términos de acontecimiento no es fácil. Tanto más difícil cuanto que el mismo pensamiento se convierte entonces en acontecimiento. Pocos hay, salvo los estoicos y los ingleses, que hayan pensado así. ENTIDAD = ACONTECIMIENTO, da pánico, pero también mucha alegría. Convertirse en una entidad, en un infinitivo, como decía Lovecraft, en la terrible y luminosa historia de Carter: devenir-animal, devenir-molecular, devenir-imperceptible.




miércoles, 5 de octubre de 2016

"Escritos y dibujos"; Bob Dylan

Sí, soy un ladrón de pensamientos,
un ladrón de almas no, os lo juro;
he construido y reconstruido
sobre lo que está esperando
porque la arena de las playas
esculpe muchos castillos
sobre lo que ya estuvo abierto
antes de mi llegada
una palabra, una musiquilla, una historia, una línea,
llaves en el viento para que mi mente huya
y proporcionar a mis cerrados pensamientos una corriente de aire fresco;
no es lo mío, sentarme y meditar
perdiendo el tiempo preguntándome,
pensando pensamientos que nunca han sido pensados,
pensando sueños que nunca han sido soñados,
nuevas palabras que se armonizarían rimando .. . ;
nuevas palabras que se armonizarían rimando ... ,
me importan un pito las reglas nuevas
puesto que aún no han sido fabricadas;
grito lo que suena en mi cabeza
sabiendo que yo y los de mi especie somos
los que haremos esas reglas ... ;
si la gente de mañana
tiene verdadera necesidad de las reglas de hoy,
fiscales del tribunal supremo, uníos,
el mundo no es más que un tribunal,
sí,
pero yo conozco los acusados mejor que vosotros
y mientras vosotros os dedicáis a juzgarlos,
nosotros nos dedicamos a silbar,
limpiamos la audiencia,
barriendo, barriendo,
escuchando, escuchando,
guiñándonos el ojo,
cuidado,
cuidado,
pronto os tocará a vosotros