Me paseaba por Bali y vi un grupo de gente que estaban celebrando un baile en un claro de la selva porque se acababa de morir una persona a la que quería de verdad. Me di cuenta de que todas las cosas dependen de cómo quieras planteártelas. A veces, las personas dejan que los mismos problemas les hagan sentirse desgraciados durante años, cuando lo único que deberían decir es: "y qué". Es uno de mis dichos favoritos. Y qué.
-Mi madre no me quería. Y qué.
-Mi marido no se acuesta conmigo. Y qué.
No sé como aguanté todos los años que tardé en aprender este secreto. Tardé mucho tiempo en aprenderlo, pero cuando se aprende ya no se olvida jamás.
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