Este mundo asqueroso, esta gente asquerosa, este gobierno asqueroso… todo es asqueroso… el tiempo es asqueroso… si, asqueroso, y bla bla bla. Estamos cabreados. Aquí hace demasiado calor. Aquí hace demasiado frío. No me gusta este olor. La persona sentada delante es demasiado alta. Y la que tengo al lado, demasiado gorda. Y esa otra lleva perfume y yo soy alérgica… y bueno… ¡Ag!
Es como caminar descalza por una arena ardiente y cegadora, o sobre cristales rotos, o por un campo lleno de pinchos. Tienes los pies descalzos y piensas: “Esto es demasiado duro. Me duele de verdad, es terrible, demasiado cortante, demasiado doloroso… demasiado caluroso”. Pero de repente se te ha ocurrido una gran idea. Allá adonde vayas, lo cubrirás todo de cuero. Así no te dolerían más los pies.
Cubrirlo todo de cuero allá adonde vayas para evitar el dolor viene a ser como decir: “Voy a liberarme de ella, voy a liberarme de él. Voy a regular la temperatura, voy a prohibir el perfume en el mundo y entonces ya no habrá nada que moleste en ninguna parte. Voy a liberarme de lo que me molesta –incluidos los mosquitos- en todo el mundo, y entonces seré una persona feliz y satisfecha.
[Pausa]
Sí, ahora nos reímos, pero es lo que hacemos. Así es como vemos las cosas. Pensamos que si pudiéramos librarnos de todo, o cubrirlo de cuero, desaparecería nuestro dolor. Bueno, sí, claro, porque entonces ya no nos dañaría los pies. Es lógico, ¿no? Pero no tiene ningún sentido, en realidad. Shantideva decía: “Si simplemente te envolvieras los pies de cuero..”. Dicho de otro modo, si te pusieras zapatos podrías andar sobre las arenas ardientes, los cristales y los pinchos, y no sentirías ninguna molestia. Así que la analogía es: si te trabajas la mente, en vez de intentar cambiarlo todo afuera, se te pasará el mal humor.
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