miércoles, 22 de abril de 2020

"Mas allá del despertar"; Jeff Foster

El mito de la elección


"Yo soy una persona que puede elegir".¡Esta es la raíz de toda confusión!

No existe, para empezar, ninguna elección. "Yo elijo" es una bonita historia, urdida por un narrador que se crea a si mismo eligiendo.

Pero en realidad, lo que sucede, sucede. La historia de la elección forma sencillamente parte de lo que sucede.

¿Por qué nos cuesta la vida llegar a ver esto?

No importa, porque "la vida" no es más que otra historia que emerge ahora mismo.


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¡Qué liberación desembarazarse de la elección! Lo que sucede, sucede. Lo que sucederá, sucederá, y lo que ha sucedido no podría haber sucedido de ningún otro modo. "Podría haber sucedido de otro modo" no es, por tanto, más que otra historia, otra ilusión. La raíz de todo sufrimiento.

No existe ninguna elección, pero la vida sucede y, aunque indudablemente parezcamos elegir, "nosotros", en realidad, no tenemos, al respecto, ningún control. 

Por ello muchas enseñanzas espirituales hablan de la entrega a la vida, a Dios y a lo Desconocido. En la entrega, la decisión personal se colapsa y nos libera del peso de la volición.

Pero recuerda que "tu" no puedes rendirte. Y tampoco puedes decidir no elegir, porque ésa seguiría siendo otra elección.

Más allá de la elección y de la falta de elección, no hay más que esto, lo que está sucediendo en el presente. Yo no puedo elegir prepararme una taza de té, porque esta no sería más que una decisión aparente. ¿De dónde procede la idea de prepararme una taza de té? ¿No aflora acaso esa idea en mi cabeza? ¿A quién hay pues que atribuir esa responsabilidad?

¡Qué maravilla! La vida se despliega ahora y todo discurre exactamente como debe y en el mismo instante en que debe hacerlo. ¡Esa es la libertad!


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La idea de la elección es la raíz misma de la violencia, de la separación, del narcisismo y, por tanto, del sufrimiento. La idea de elección implica la existencia de un individuo que está separado de la vida y que, de algún modo, al elegirla, crea su propia vida. ¡Qué violencia! ¿Cómo podría haberme separado de esto? ¿Quién soy yo para afirmar que tengo ese poder? ¡Qué egoísta es pensar siquiera en que puedo hacerlo!

¡Pero que maravilloso y excitante es creer en la elección, creer en que soy un individuo que puede cambiar el mundo y hacer que las cosas sucedan, tanto para mí como para los demás!

¡No neguemos, pues, la aparente elección! ¡Qué divertido parecer elegir ir al cine, leer cierto libro o dar un paseo por el parque! ¡El mundo no es sino un juego de aparentes elecciones!


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¿Has elegido leer estas palabras o la lectura simplemente sucede?

Es cierto que puede aflorar el pensamiento de "Elijo leer este libro". Pero ¿a quién se le ocurre ese pensamiento?

¿Acaso puedes elegir pensar o no pensar en esto?




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