jueves, 15 de diciembre de 2016

Neil Young sobre el fracaso

La otra cosa que tienen que estar dispuestos a hacer, realmente capaces de abrazar y aceptar y realmente acoger en su vida con los brazos abiertos y una visión muy, muy amplia, es el fracaso. Asegúrense de darle la bienvenida al fracaso. Siempre digan: Fracaso, estás bien conmigo, ven. Porque así no tendrán ningún temor. Y si no tienen miedo y creen en sí mismos y se escuchan a sí mismos, son el número uno. Todo lo demás está detrás de ustedes, su nombre está por encima. Es su vida, su película. Al carajo con todo lo demás.


martes, 29 de noviembre de 2016

"Derrames: entre el Capitalismo y la Esquizofrenia"; Giles Deleuze

El esquizoanálisis procederá a la inversa del psicoanálisis. Cada vez que el sujeto cuente algo que se relacione de cerca o de lejos con Edipo o la castración, el esquizoanálisis dirá: «¡Váyase a la mierda!»”



viernes, 18 de noviembre de 2016

"Como decir poesía"; Leonard Cohen

Por ejemplo la palabra “mariposa”. Para usar esta palabra no hace falta aligerar la voz, ni dotarla de pequeñas alas empolvadas, ni inventar un día soleado o un campo de narcisos, ni estar enamorado, ni estar enamorado de las mariposas. La palabra “mariposa” no es una mariposa de verdad. Está la palabra y está la mariposa. La gente tendrá todo el derecho a reírse de ti si confundes estos dos conceptos. No le des tanta importancia a la palabra. ¿Qué quieres transmitir, que amas a las mariposas con más perfección que nadie o que entiendes realmente su naturaleza? La palabra “mariposa” no es más que un dato. No te da pie a revolotear, elevarte, proteger las flores, simbolizar la belleza y la fragilidad o interpretar de alguna forma a una mariposa. No representes las palabras. No representes nunca las palabras. No intentes nunca despegar del suelo cuando hables de volar, ni gires la cabeza y cierres los ojos cuando hables de la muerte. No me mires con ojos ardientes cuando hables del amor. Si quieres impresionarme al hablar del amor, métete la mano en el bolsillo o debajo del vestido y acaríciate. Si tu ambición y tu hambre de aplausos te han llevado a hablar del amor, debes aprender a hacerlo sin desacreditarte a ti mismo ni lo que dices.

¿Qué expresión podría definir a nuestra época? Nuestra época no tolera expresión alguna. Todos hemos visto fotografías de madres asiáticas desoladas, así que no nos interesa la agonía de tus órganos achacosos. Nada de lo que puedas expresar con tu cara tiene parangón con el horror de nuestro tiempo. No lo intentes siquiera. Sólo merecerías el desprecio de los que han sido tocados en lo más hondo. Todos hemos visto noticieros con seres humanos embargados por el dolor y la desazón. Todos sabemos que comes como Dios manda y que hasta te pagan para que te subas a un escenario. Estás tocando para gente que ha vivido catástrofes, así que tranquilízate. Di las palabras, transmite los datos y hazte a un lado. Todos sabemos que sufres. No puedes contarle al público todo lo que sabes del amor en cada verso de amor que digas. Hazte a un lado: la gente sabrá lo que tú sabes porque ya lo sabía. No tienes nada que enseñarles. No eres más hermoso que ellos. Ni más sabio. No les grites. No fuerces una entrada en seco. Eso es sexo mal practicado. Si muestras el contorno de tus genitales, entrega lo que prometes. Y recuerda que, en el fondo, la gente no quiere acróbatas en la cama. ¿Qué necesitamos? Estar cerca del hombre natural, estar cerca de la mujer natural. No quieras ser un cantante venerado por un público numeroso y leal que desde siempre ha seguido los altibajos de tu carrera. Las bombas, lanzallamas y demás mierdas han destruido algo más que árboles y poblados. También han destruido los escenarios. ¿Acaso creías que tu profesión iba a escapar de la destrucción general? Ya no hay escenarios. Ya no hay candilejas. Estás entre la gente, por lo tanto sé modesto. Di las palabras, transmite los datos y hazte a un lado. Quédate solo. Quédate en tu habitación. No montes un número.

Se trata de un paisaje interior. Está dentro y es privado. Respeta la intimidad de tus textos, pues fueron escritos en silencio. La valentía de la interpretación es decirlos. La disciplina de la interpretación es no violarlos. Deja que el público sienta tu amor por la intimidad aunque ésta no exista. Sé una buena puta. El poema no es un slogan. No puede promocionarte. No puede fomentar tu reputación de sensible. No eres un semental. No eres un ladrón de corazones. Tanto gangster del amor y tanta tontería. Eres un estudiante de disciplina. No representes las palabras. Las palabras mueren cuando las representas, se marchitan, y no nos queda más que tu ambición.

Di las palabras con la precisión exacta con que comprobarías la ropa de tu colada. No te conmuevas con una blusa de encaje. Unas braguitas no tienen por qué ponértela dura. No tiembles al ver una toalla. Las sábanas no han de dibujar una expresión de ensueño alrededor de tus ojos. No hace falta que llores en el pañuelo. Los calcetines no están ahí para evocarte extraños y lejanos viajes. No es más que tu colada. No es más que tu ropa. No seas un mirón escudriñando a través de ella. Limítate a llevarla puesta.

El poema es mera información. Es la Constitución de la patria interna. Si lo declamas y lo hinchas con nobles intenciones, no eres mejor que esos políticos que tanto desprecias. No haces más que agitar una bandera y llamar patéticamente a la patriotería emocional. Piensa en las palabras como ciencia, no como arte. Son un informe. Es como si dieras una conferencia en la Federación de Montañismo. Las personas que te escuchan conocen todos los riesgos de la escalada, y te honran dando por sentado que lo sabes. Si se los pasas por la cara, estás insultando la hospitalidad que te ofrecen. Infórmales de la altitud de la montaña, describe el equipo que utilizaste, especifica el tipo de superficie y fija el tiempo que duró la escalada. No busques dejar al público boquiabierto. Si el público se queda boquiabierto, no será debido a tu apreciación de los hechos, sino a la suya. Tu mérito estará en la estadística y no en las inflexiones de tu voz ni en los ademanes enérgicos de tus manos. Estará en los datos y en la tranquila organización de tu presencia.

Evita las fiorituras. No temas ser débil. No te avergüences de estar cansado. Tienes buen aspecto cuando estás cansado. Parece como si pudieras seguir y seguir sin parar. Y ahora ven a mis brazos. Eres la imagen de mi belleza.

martes, 15 de noviembre de 2016

jueves, 10 de noviembre de 2016

Aquellos actuales correos del 2011

Acerca de la Hamartia. Palabra polémica que elegiste para titular este correo! Seguro que ya lo sabes, pero esta emparentada con la hybris en tanto que la desmesura es la que da el pie al error trágico, a aquello que es inevitable y que funda la tragedia per se. Por ejemplo, en Antígona la hamartina de Creonte es creer que es la ley, no que la representa. 
Así, no hay hybris sin hamartia; y sin hamartia no puede haber tragedia, ni "heroe", y por supuesto, mucho menos catarsis. 

Así que cuidado! Yo no se si los olímpicos tienen pensado castigarte o no, pero por las dudas tené siempre a mano las palabras del mesotes (o phronimos, según prefieras) Euripides: "Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco". 




lunes, 7 de noviembre de 2016

"Fragmentos de un discurso amoroso"; Ronald Barthes

El lenguaje es una piel: yo froto mi lenguaje contra el otro. Es como si tuviera palabras a guisa de dedos, o dedos en la punta de mis palabras. Mi lenguaje tiembla de deseo. La emoción proviene de un doble contacto: por una parte, toda una actividad discursiva viene a realzar discretamente, indirectamente, un significado único, que es “yo te deseo”, y lo libera, lo alimenta, lo ramifica, lo hace estallar (el lenguaje goza tocándose a sí mismo); por otra parte, envuelvo al otro en mis palabras, lo acaricio, lo mimo, converso acerca de estos mimos, me desvivo por hacer durar el comentario al que someto la relación.
(Hablar amorosametne es desvivirse sin término, sin crisis; es practicar una relación sin orgasmo. Existe tal voz una forma literaria de este coitus reservatus: el galanteo) 



jueves, 27 de octubre de 2016

La resistencia de los hilos según Pablo Ramos

“No busco consuelo, busco entender que la vida pende de un hilo, pero que si ese hilo aguanta qué importa que penda de un hilo.”



jueves, 6 de octubre de 2016

"Diálogos"; Giles Deleuze & Claire Pernet

Todo acontecimiento es una llovizna. Si los infinitivos «morir», «amar», «moverse», «sonreir», etc., son acontecimientos, es porque hay algo de ellos que su cumplimiento no logra realizar, un devenir que no cesa de alcanzarnos y a la vez de precedemos, como una tercera persona del infinitivo, una cuarta persona del singular. Sí, el morir se engendra en nuestros cuerpos, se produce en ellos, pero viene del Exterior, singularmente incorporal y precipitándose sobre nosotros como la batalla que sobrevuela a los combatientes, como el pájaro que sobrevuela la batalla. El amor está en el fondo de los cuerpos, pero también sobre esa superficie incorporal que lo hace surgir. Aunque bien es cierto que, agentes o pacientes, cuando actuamos o sufrimos, aún nos queda el ser dignos de lo que nos sucede. En eso consiste, sin duda, la moral estoica: no ser inferior al acontecimieto, convertirse en el hijo de sus propios acontecimientos. La herida es algo que yo recibo en mi cuerpo, en tal punto, en tal momento, pero también hay una verdad eterna de la herida como acontecimiento impasible, incorporal. «Mi herida existía antes que yo, yo he nacido para encarnarla». Amor fati, querer el acontecimiento, nunca ha sido resignarse, y mucho menos hacer el payaso o el histrión, sino extraer de nuestras acciones y pasiones esa fulguración de superficie, contraefectuar el acontecimiento, acompañar ese efecto sin cuerpo, esa parte que supera el cumplimiento: la parte inmaculada. Un amor a la vida que puede decir sí a la muerte. Ese es precisamente el camino estoico. También el de Lewis Carroll: fascinado por esa niña cuyo cuerpo está trabajado en profundidad por tantas cosas, pero también sobrevolado por tantos acontecimientos sin espesor. Así pues, vivimos entre dos peligros: el eterno quejido de nuestro cuerpo, que siempre encuentra un cuerpo acerado para cortarlo, un cuerpo demasiado grueso para penetrarlo y ahogarlo, un .cuerpo indigesto para envenenarlo, un mueble para tropezarlo, un microbio para producirle un grano; pero también el histrionismo de los que imitan un acontecimiento puro y lo transforman en fantasma, y alaban la angustia, la finitud y la castración. Hay que lograr «erigir entre los hombres y las obras su ser anterior a la amargura». Entre los gritos de dolor físico y las alabanzas del sufrimiento metafísico, ¿cómo trazar ese sutil camino estoico que consiste en ser digno de lo que sucede, en extraer algo alegre y amoroso de ello, un fulgor, un encuentro, un acontecimiento, una velocidad, un devenir? «Yo sustituiría mi gusto por la muerte, que sólo era un fracaso de la voluntad, por unas ganas de morir que correspondiesen a la apoteosis de la voluntad.» Sustituiría mi abyecto deseo de ser amado por una capacidad de amar: no una voluntad absurda de amar cualquier cosa y a cualquiera, ni tampoco identificarse al Universo, sino extraer el puro acontecimiento que me une a los que amo, y que de la misma forma que yo no los espero no me esperan a mí, puesto que lo único que nos espera es el acontecimiento, Eventum tantum. Hacer de un acontecimiento, por pequeño que sea, la cosa más delicada del mundo, justo lo contrario de hacer un drama, o una historia. Amar a los que son así: cuando entran en una habitación, no son personas, caracteres o sujetos, son una variación atmosférica, una variación de color, una molécula imperceptible, una población discreta, una neblina o una llovizna. Verdaderamente todo ha cambiado. Los grandes acontecimientos no se hacen de otra manera: la batalla, la revolución, la vida, la muerte .. . Las verdaderas Entidades son acontecimientos, no conceptos. Pensar en términos de acontecimiento no es fácil. Tanto más difícil cuanto que el mismo pensamiento se convierte entonces en acontecimiento. Pocos hay, salvo los estoicos y los ingleses, que hayan pensado así. ENTIDAD = ACONTECIMIENTO, da pánico, pero también mucha alegría. Convertirse en una entidad, en un infinitivo, como decía Lovecraft, en la terrible y luminosa historia de Carter: devenir-animal, devenir-molecular, devenir-imperceptible.




miércoles, 5 de octubre de 2016

"Escritos y dibujos"; Bob Dylan

Sí, soy un ladrón de pensamientos,
un ladrón de almas no, os lo juro;
he construido y reconstruido
sobre lo que está esperando
porque la arena de las playas
esculpe muchos castillos
sobre lo que ya estuvo abierto
antes de mi llegada
una palabra, una musiquilla, una historia, una línea,
llaves en el viento para que mi mente huya
y proporcionar a mis cerrados pensamientos una corriente de aire fresco;
no es lo mío, sentarme y meditar
perdiendo el tiempo preguntándome,
pensando pensamientos que nunca han sido pensados,
pensando sueños que nunca han sido soñados,
nuevas palabras que se armonizarían rimando .. . ;
nuevas palabras que se armonizarían rimando ... ,
me importan un pito las reglas nuevas
puesto que aún no han sido fabricadas;
grito lo que suena en mi cabeza
sabiendo que yo y los de mi especie somos
los que haremos esas reglas ... ;
si la gente de mañana
tiene verdadera necesidad de las reglas de hoy,
fiscales del tribunal supremo, uníos,
el mundo no es más que un tribunal,
sí,
pero yo conozco los acusados mejor que vosotros
y mientras vosotros os dedicáis a juzgarlos,
nosotros nos dedicamos a silbar,
limpiamos la audiencia,
barriendo, barriendo,
escuchando, escuchando,
guiñándonos el ojo,
cuidado,
cuidado,
pronto os tocará a vosotros



miércoles, 28 de septiembre de 2016

“Los peces no cierran los ojos”; Erri De Luca

-¿Te gusta el amor?- preguntó mirando muy fija hacia delante, donde se levantaba la alzada de una barca coloreada de blanco y con una franja azul.
-Antes de este verano lo leía en los libros y no entendía por qué los adultos se acaloraban tanto. Ahora lo sé, provoca cambios y a las personas les gusta que las cambien. No sé si me gusta, pero ahora lo tengo y antes no.
-¿Lo tienes?
-Si, me he dado cuenta que lo tengo. Empezó con la mano, la primera vez que me la mantuviste sujeta. Mantener es mi verbo preferido.
-Qué cosas más graciosas dices. ¿Estás enamorado de mí?
-¿Se dice así? Empezó por la mano, que se enamoró de la tuya. Después se enamoraron las heridas que se pusieron a curarse a toda prisa, la tarde que viniste a verme y me tocaste. Cuando saliste de la habitación, me sentía mejor, me levanté de la cama y al día siguiente estaba en la playa. 
-Entonces, ¿ te gusta el amor?
-Es peligroso. Provoca heridas y después, a causa de la justicia, más heridas. No es una serenata en el balcón, se parece a una marejada del ábrego, revuelve el mar por encima y por debajo lo remueve. No sé si me gusta.
-El beso que te dí, ¿eso te gustó por lo menos?
-Ése no me lo diste a mí, se lo restregaste en la cara a los dos que estaban por los suelos.
Sentados al lado con poca luz, las palabras subían ágiles, como burbujitas.
-¿Eso quiere decir que tengo que darte uno todo tuyo?

Se volvió hacia mí. Por instinto, quise girarme del lado opuesto, pero una fuerza imprevista me giró la cabeza y el cuello hacia su lado. Se detuvo la cháchara que me había salido con facilidad mientras no la miraba. Era tan hermosa de cerca, con los labios ligeramente abiertos. Me conmueven los de una mujer, desnudos cuando se aproximan para besar, se desvisten de todo, de las palabras hacia abajo.
-Cierra esos benditos ojos de pez.
-Es que no puedo. Si tú vieras lo que veo yo, no podrías cerrarlos.




martes, 20 de septiembre de 2016

"El valioso tiempo de los maduros"; Mario de Andrade

Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…
Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a manipuladores y oportunistas.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Sin muchos dulces en el paquete…
Quiero vivir al lado de gente humana, ...muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya de sus responsabilidades.
Que defienda la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a quienes los golpes duros de la vida, le enseñaron a crecer con toques suaves en el alma.
Sí… 
tengo prisa… -por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Tenemos dos vidas y, la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una...

viernes, 16 de septiembre de 2016

jueves, 15 de septiembre de 2016

"Alexis o el tratado del inutil combate"; Margerite Youcenar

Me he dado cuenta de una cosa, Mónica: dicen que en las casas viejas siempre hay algún fantasma; yo nunca vi ninguno y, sin embargo, era un niño miedoso. Quizás comprendiese ya que los fantasmas son invisibles porque los llevamos dentro. Pero lo que hace que las casas viejas nos resulten inquietantes no es que haya fantasmas, sino que podría haberlos.

Creo que aquellos años de infancia han determinado mi vida. Aunque tengo otros recuerdos más cercanos, más diversos, quizás mucho más definidos, parece como si esas impresiones nuevas, al ser menos monótonas, hubieran tenido menos tiempo para dejar huella en mí. Todos somos distraídos porque tenemos nuestros sueños; sólo la continua repetición de las cosas termina por
impregnarnos de ellas. Mi infancia fue solitaria y silenciosa; me hizo tímido y por consiguiente, taciturno.

¡Cuando pienso que hace casi tres años que te conozco y que me atrevo a hablarte por primera vez! Y eso porque lo hago por carta y porque es necesario. Es terrible que el silencio pueda llegar a ser culpable. Es la más grave de todas mis culpas, pero, en fin, la he cometido. Pequé de silencio ante ti y ante mí. Cuando el silencio se instala dentro de una casa, es muy difícil hacerlo salir; cuanto más importante es una cosa, más parece que queramos callarla. Parece como si se tratara de una materia congelada, cada vez más dura y masiva: la vida continúa por debajo, sólo que no se la oye.

viernes, 2 de septiembre de 2016

Extrema derecha por Evaristo Páramos

- Papa que es la extrema derecha?

- Pues mira hija, la extrema derecha es la banca, la policia y tambien el ejercito, los politicos, el tendero que quiere ser como ellos, el vecino que no quiere despertar y prefiere odiar al que protesta y obedecer al que le pisa...
De extrema derecha puede ser cualquiera. Los cristianos, los musulmanes, los ateos...
La extrema derecha es muy dificil de admitir, porque vive aqui, dentro de la cabeza de la gente y del cerebro de Dios y del demonio y ademas puede estar en cualquier cosa que hagas, porque casi todo lo que hacemos en la vida esta pensado por unos señores que tienen una enfermedad muy mala que se llama "Obligar a los demas a que vivan para conseguir dinero", para que? para tener las cosas que ellos venden y que nosotros hacemos con nuestro trabajo. El coche, el piso... eso es lo que nos hace la extrema derecha y ademas nos hace vivir en unos horarios, tener miedo, desconfiar de los demas, comer lo que ellos quieran, vestirnos todos con la misma ropa, comer lo mismo, comprarlo todo en esas tiendas tan grandes donde papa te lleva en el carrito y muchas cosas mas. La extrema derecha hija buff!!

- Papa, y que es la extrema izquierda?

- A esa la castigaron a irse, muy, muy lejos y a que no volviera nunca, pero yo creo que un dia volvera y le dara una patada en el culo a la extrema derecha para que se vaya a hacer puñetas.

- Papa, que son puñetas?

- Las que nos hace la extrema derecha hija... mira, mira, mira, mira! Goooooooooooool del Celta!!
Hala Celta!! Oe, oe, oe, oe!!




martes, 30 de agosto de 2016

"No estoy pensando en eso"; Personne

La gente se casa
Y yo no estoy pensando en eso
Tienen bebés
Y yo no estoy pensando en eso
Compran propiedades
Y yo no estoy pensando en eso
Se enamora
Y yo no estoy pensando en eso
Se compromete
Y yo no estoy pensando en eso
Pero el otro día te enojaste 
Porque asumiste
Que me quería casar con vos
Y comprar un bebé 
Y alzar una casa
Y abrazar un compromiso
Y yo 
Que no estoy pensando en eso
Pienso que estás enojado
Porque vos sí querés
Y no te bancás
Que yo no piense en eso
Porque son cosas
Que debería de querer
Pero sí quiero
Darte un beso
Y sí quiero 
Acariciarte la nariz y alrededores 
Y prepararte una torta
Y comerla en la cama
Y que mis ojos te digan
Lo mucho que te deseo 
Como si fuesen palabras
Pero son los ojos
Mis ojos diciéndote 
Que te deseo tanto
Que un día 
Tal vez
Quiera 
Con vos
Todo eso
Pero hoy 
Quiero mirarte
Comerte 
Y darte de comer



jueves, 25 de agosto de 2016

Esto también pasará

Salga de Facebook
Apague la tele 
Desconecte el wattsapp
Vaya afuera
Permítase algo de inquietud
Desparrámese en el suelo
Deserte
Déjese pasar
Abandone la estrategia
Tenga miedo
Construya su esperanza
Hágase un lugar
Espere, no grite
Mire a los ojos
Escuche, la atención es tiempo recuperado
Hable pausado, como si supiera callar
Algo ahí vendrá
Juegue
Trafique gentilezas
Busque lo sutil
No olvide que lo más profundo es la piel
Esto también pasará




miércoles, 24 de agosto de 2016

Virgine Despentes sobre el miedo y la esperanza

¿Quiere decir eso que no hay esperanza? “La punk nihilista que llevo dentro cree que es así”, responde, “que entre todos, por culpa del miedo que han conseguido inculcarnos, hemos acabado creando una de las sociedades más mezquinas y despiadadas de la historia. Pero, pese a todo, sigo pensando que somos seres empáticos, que podemos entendernos, podemos querernos, podemos encontrar la manera de ayudarnos”. Queda un resquicio, pues, para la esperanza.


lunes, 22 de agosto de 2016

Sombras nada más

Ahí afuera, mas allá de ideas de bien o mal, hay un lugar
Nos vemos ahí.
Cuando el alma yace sobre la yerba
El mundo esta demasiado lleno para hablar de él
Las ideas, el lenguaje, incluso la frase 'cada uno'
No tienen sentido.



viernes, 19 de agosto de 2016

"Pérdidas" por Kyan Ryan

La mayoría de las pérdidas agregan algo-
un nuevo hueco o un silencio,
un espacio en un personal
archipiélago de islas.

Tenemos esa diferencia
a donde ir – en sí misma
una sucesión de posibilidades.

Pero hay otras pérdidas
tanto más allá de nuestro conocimiento
que dejan sólo agujeros
en los agujeros

como el fin de las
largas y solitarias vidas
de los náufragos
creídos muertos por error.




miércoles, 17 de agosto de 2016

Qué necesita saber un poeta por Adrienne Rich

-¿Qué necesita saber un poeta?

-Que hay que desapegarse, desestimar la propia vida y sus paisajes, e imaginar que la poesía pertenece por derecho propio a otros (de otra cultura, género, clase, siglo) y no a vos, significa quedarse – si no en silencio- en un lenguaje que otros encontraron mediante luchas con sus propias condiciones. Entonces vos te convertís en un vocero de la vida de otros, pasás a habitar sus ritmos, vocabularios, perdés el rastro de tu propio deseo en un estilo adoptado.

Debemos usar lo que tenemos para inventar lo que deseamos.

-Que rastrear tu propio deseo en tu propio lenguaje no es un deber aislado. Vos estás marcado por una familia, un género, un paisaje, la pelea por vivir de tu trabajo, o la ausencia de dicha lucha. Los ricos y los pobres están igualmente marcados. La poesía nunca está libre de estas marcas aun cuando no lo parezca. Mirá las imágenes.



viernes, 12 de agosto de 2016

Allá, en el horizonte, descansan las aguas del Leteo

Algunos aconsejan:
"... agradezcamos hoy la vida
y el sol
y la paz que es un aire transparente, y empecemos a olvidar".
Otros, sin embargo, siguen empeñados en salvar a sus muertos.


jueves, 11 de agosto de 2016

Luis Mey sobre el ajedrez

El ajedrez es un caleidoscopio: cambia de forma infinitamente. Y no se puede volver atrás. Para cuando podés hablar de la jugada pasada, ya es muy tarde. Tiene un paralelo con la vida, por supuesto, y con el ajedrez precisa estudio, y estudiando no se pierde nunca. En el peor de los casos, en la situación en que perdiste todas las piezas sin comer ninguna, o en los momentos de rendir una materia y que te saques un cero, repito, que sería el peor de los casos, aún así estás enriquecido: algo sacaste. Algo aprendiste. El resultadismo, tal vez, te haga sentir que no aprendiste nada. Pero sí. Lo que reconstruye el juego es la escala de valores: en mi casa había una lata de sardinas muy rara que arriba tenía inscripto “Aire de París”, en francés. Me parecía tan ridículo. Pero, sin embargo, eso se compraba. Alguien había visto algo en eso. Tenía la sensación de que ese hombre se había hecho rico y fumaba un habano a la derecha del Mago de Oz. Dos farsantes que realmente habían logrado vender lo que yo no puedo: una idea.



viernes, 5 de agosto de 2016

miércoles, 15 de junio de 2016

"Atravesar un puente"; Jean Pierre Vernant


Cruzar un puente, traspasar un río, atravesar una frontera, es abandonar el espacio íntimo y familiar donde uno está en su sitio para penetrar en un horizonte diferente, un espacio extranjero, desconocido, donde se corre el riego, al confrontarse con el otro, de descubrirse sin lugar propio, sin identidad. 
Polaridad, pues, del espacio humano hecho de un interior y de un exterior. Ese interior tranquilizador, cercado, estable, y ese exterior inquietante, abierto, inestable, fueron expresados por los griegos bajo la forma de una pareja de divinidades unidas y opuestas: Hestia y Hermes. Hestia es la diosa del hogar, en el corazón de la casa. Ella hace del espacio doméstico que enraíza en lo más profundo un interior, fijo, delimitado, inmóvil, un centro que le asegura al grupo familiar un ámbito espacial y, a la vez, le confiere permanencia en el tiempo, singularidad en la superficie del suelo, seguridad frente a lo exterior. Mientras que Hestia es sedentaria, encerrada entre los humanos y las riquezas que res-guarda, Hermes es nómada, vagabundo, siempre listo para recorrer el mundo; él va de un lugar a otro sin detenerse, burlándose de las fronteras, de los cercos, de las puertas, que franquea por juego, a su voluntad. Maestro de los cambios, de los contactos, al acecho de los encuentros, es el dios de los caminos, en los que guía al viajero, el dios también de las superficies sin rutas, de las tierras sin cultivo, donde conduce a los rebaños, riqueza móvil de la que él se encarga, así como Hestia vela por los tesoros ocultos en el secreto de las casas. 
Divinidades que se oponen, por cierto, pero que también son indisociables. Un componente de Hestia pertenece a Hermes, una parte de Hermes remite a Hestia. Es sobre el altar de la diosa, en el hogar de las viviendas privadas y de los edificios públicos, donde, según el rito, son acogidos, alimentados y albergados los extranjeros que vienen de lejos, huéspedes y embajadores. Para que haya verdaderamente un interior, es preciso que éste se abra hacia el exterior para recibirlo en su seno. Y cada ser humano debe asumir su parte de Hestia y su parte de Hermes. Para ser uno mismo, es preciso proyectarse hacia lo que es extranjero, prolongarse en y por él. Permanecer encerrado en su identidad es perderse y dejar de ser. Uno se conoce, se construye por el contacto, el intercambio, el comercio con el otro. Entre las riberas de lo mismo y de lo otro, el hombre es un puente. 



martes, 7 de junio de 2016

"Pánico y locura"; Dee Dee Ramone

"Una Historia de los Ramones no puede tener final Feliz"

Ahora estoy sentado en una habitación, otra vez en la Argentina. Es un adormecido barrio de Buenos Aires llamado Banfield, en la casa de la abuela de mi novia. Me estoy escondiendo otra vez porque me siento triste y sé que voy a deprimir a cualquiera que me vea. Hago algo estúpido y dejo que un perro merodee por acá, creyendo que me va a levantar el ánimo. Lo encontré en la entrada, y ya lo bauticé Ramon. Es un perro callejero, gordo y viejo; es evidente que peleó con otro perro y tiene una pata medio herida. Yo tengo la cabeza medio herida. Me peleé con un fan de los Ramones. 
Nos reunimos con la abuela de Bárbara y sus dos hermanas en el aeropuerto. Nos ubicaron en la pieza de la hermana de Bárbara, ella terminó durmiendo en el living. Se puso todo un poco tenso. Creo que saqué de quicio a todos, y aquí estoy otra vez sentado en una habitación, solo, escribiendo. Cuando intento salir a caminar, el mundo se vuelve demasiado intenso para mí. Me hace retroceder. Me siento vulnerable, fuera de lugar, mal recibido en todos lados. Me siento una mierda, como se sentiría un criminal, excepto que yo no soy un criminal. 
En este momento, Ramon, el perro al que dejé pasar, se levanta y sale de la pieza. Ramon tenía que seguir su camino. Lo dejé entrar. Me hubiera gustado que apreciara el gesto. Sé que Ramon es sólo un perro viejo y maltratado, sé que no podría saber lo que está pasando, pero igual me molesta. Vos, gordo de mierda, murmuro mientras sale por la puerta. 
Lo que más necesitaba era una visa para Bárbara, así podíamos ir a Estados Unidos, donde estaríamos mejor los dos. Pero eso llevó otro año de intentos. Fue difícil. Ella era menor de edad y tenía pasaporte argentino. Sus padres no nos ayudaban. 
La Argentina es como un desvío del tiempo. Me recuerda a cuando Estados Unidos era un país lindo en el que vivir. Aunque todo es más duro en la Argentina, la gente aquí es más amable que en la mayoría de los lugares. El smog es tan abundante que te corta los pulmones. Los colectiveros salen a matar. Tratan de empujar a la gente fuera del camino con sus grandes micros malolientes. Es una locura. Los exhaustos caños de escape emanan nubes de humo negro que se meten en las ventanillas abiertas de los demás coches. Todos tienen las ventanillas abiertas porque nadie tiene aire acondicionado. Los autos acá son todos viejos y están hechos mierda, pero tienen mucho soul. Mucha onda. 
El problema es que me cuesta mucho conseguir dinero para vivir en la Argentina. Mi contador, Ira, solía mandarme dinero a través de la Western Union de Córdoba y Suipacha. El viaje en taxi para llegar hasta ahí era siempre una pesadilla. Ante todo, hacía calor. Mucho, mucho calor. El taxista me empieza a hablar en español, sin parar, acerca de los Ramones. No le entiendo una palabra. Cada tanto le murmuro un “sí”. Trato de mantener la calma, pero como el conductor se da vuelta para conversarme y sus ojos nunca se posan en el camino, miro fijo el parabrisas tratando de guiar al taxi a través del tráfico, asegurándome de que no nos hagamos mierda, puesto que tengo que conseguir la plata. Los paragolpes de los autos van pegados. Frenada y arranque. Excéntricos conductores latinos enfurecidos. Es como en una película.
Cuando llego a Western Union, entro corriendo y salgo con seis billetes de 100 pesos. Me subo de vuelta al taxi y enfilo para Banfield, en las afueras de Buenos Aires, mi actual domicilio. Debería estar contento, pero nunca consigo estar en paz. Mientras avanzamos, las noticias de la radio dicen que los Ramones darán su último show en Buenos Aires el 16 de marzo. Iggy también será de la partida. Siempre hay algo que lo arruina todo. En este momento es la estación Rock & Pop. Están publicitando sin parar el show de Iggy y los Ramones. 
Después hay un aviso de que Attack 77 (sic) fue agregado para el show. Esto es verdaderamente horrible. No estoy de ánimo como para ver a Attack77 o la estúpida cara de Iggy, ni tampoco las estúpidas caras de John, Joey y Marky. Tan pronto como llego a casa apago la Rock & Pop, que Bárbara tenía puesta a todo volumen en un boom box de Panasonic. Qué día de mierda. Los Ramones estarán merodeando para un reencuentro. Qué largo se hizo todo.
Empezaba a resultar obvio que yo estaba obligado a tocar en la despedida de los Ramones. Todo el mundo en el barrio empezó a acosarme para que le diera entradas. Para mantener la calma, tuve que sacar mi guitarra y tocar algunas canciones de los Ramones en la vereda. Para mí fue horrible. Estaba muy desmoralizado. Cuando los Ramones llegaron al Buenos Aires International para su último show, yo deseaba estar muerto. Terminé prometiéndole a la gente que le conseguiría entradas gratis. Llamé nueve veces a la Rock & Pop, al promotor de los Ramones en Buenos Aires. Hablé con un par de personas. No podían prometerme nada, excepto que me devolverían el llamado. Nunca lo hicieron, así que supuse que no iría al concierto. El hecho de haber llamado a la Rock & Pop nueve veces y que ellos fueran tan descorteses me hizo sentir que el mundo entero estaba en contra mía. ¿Qué más podía pensar?
Bueno, igual supuse que sería muy desalentador ver a los fans de Dee Dee Ramone escupiendo a CJ en lugar de a mí, y ver al público haciéndosela pasar mal a Johnny Ramone, esperando a que CJ cometa un error para que Johnny se pusiera aún más furioso.
Había mucha furia alrededor del show, aun antes de que ocurriera. Hubo un caos en el centro de Buenos Aires cuando los ganadores de un concurso de entradas fueron inexplicablemente ignorados por el promotor del concierto. Ninguno de ellos obtuvo su entrada gratuita, y después de que pasaran la noche haciendo cola para recibirla, se enfurecieron. Después de eso, no me dio ninguna gana de ir. 
Lo vi todo. Había ido a Western Union a buscar algo de dinero y me quedaba de camino en el trayecto hasta Dunkin’ Donuts, donde compraría seis tickets para las hermanas de Bárbara, Sofía y Rocío, y sus amigos. El hecho de tener que comprar seis entradas para los Ramones me hizo sentir raro, y no sabía que estarían repartiendo entradas al lado, en el edificio de Coca-Cola. Para cuando la policía llegó para despejar la zona, todas las vidrieras de los negocios estaban rotas. Más tarde, el revuelo fue reportado por MTV. 
Entonces, Monte finalmente me llamó. Después de eso tuve que hablar por teléfono con Johnny Ramone. 
“No sé cómo nos quedamos atascados haciendo la gira con Metallica, Dee Dee”, me decía. “Estoy medio loco. Todo el mundo explotó. Arturo se quedó mal por algo que ocurrió justo antes de que saliéramos de Brasil. Fue una pesadilla. Me gustaría que vinieras al show. Nos gustaría verte.” 
“Bueno”, dije. Me sentí horrible después de cortar. Además de mis problemas, sentí pena por John y el resto de los Ramones.
Llegué a su hotel a las cinco, la hora que Monte había arreglado para verme. La banda y yo íbamos a tocar juntos “53rd & 3rd”. Iríamos a ensayar la canción a la prueba de sonido, después iríamos a cenar y a pasar un rato juntos.
Me sonaba bien. Lo que ellos no sabían es que desde hacía un par de días yo me la pasaba intentando entrar a la Embajada de Estados Unidos para tramitar una visa para Bárbara, así la podía llevar a Nueva York. Empecé mi día a las cinco de la mañana, porque tenía que hacer la cola en la embajada, que abría a las seis. Debo estar loco. No lo sé. Seré cualquier cosa, menos un buen perdedor. Peleo hasta el final por lo que quiero. La gente siempre comenta sobre mí: “Oh, Dee Dee, siempre se sale con la suya”. 
El día del show de los Ramones, lo primero que hice fue ir a la embajada. Ya había mucha gente. Caminé por la vereda, bordeando la cola un par de veces, pero estaba muy nervioso. Me dirigí al guardia de seguridad, que estaba en la puerta de una entrada con aspecto de búnker. 
“Quiero entrar y conseguir una visa”, le solicité. 
Cuando estuve en el segundo cordón policial, traté de sobornarlos con 300 pesos, pero no aceptaron. 
“Ya no hacemos eso, señor”, dijeron. 
Lo que me hizo conseguir la visa fue gritar, como me había recomendado mi madre. Debería haber hecho una fiesta para celebrarlo, pero tenía al taxi esperándome para llevarme al hotel Hyatt y reunirme con los Ramones. El taxista no paró debido a la multitud. Yo tuve que abrir la puerta y saltar fuera del coche. Le pagué después, cuando volví a Banfield. Bárbara, que se suponía no iba a venir, estaba detrás mío. Era demasiado. 
La entrada al hotel estaba vallada. Había policías por todas partes. Fans por todas partes. Los promotores estaban fuera del hotel. Me vieron y me dedicaron una mirada antipática. Así y todo, intenté atraer su atención. 
“Soy Dee Dee”, grité. “Soy yo.” 
Todos los fans de los Ramones empezaron a asentir, y a gritar: “Es Dee Dee, es Dee Dee. Déjenlo entrar”. Pero a la vez ellos me alejaban de la puerta y me pedían autógrafos y fotos. 
Los policías me miraban con odio. Todo el mundo me empezó a zamarrear. Era como un maremoto viniéndoseme encima. De casualidad lo vi a Marky. Traté de llamar su atención. “¡Marky, ayudame!”, grité. 
Simuló no verme. Se escondía detrás de sus anteojos oscuros estilo Elvis. Había tejido una red de odio alrededor suyo. Con su campera de cuero negra de motociclista y su piel pálida, se parecía tanto al Marky Ramone original que era irreal.
Estaba parado fuera del hotel, protegido de los fans por el cordón policial. Cuando los fans de los Ramones lo vieron, flashearon. Yo estaba ahí afuera, solo. Era obvio que Monte había arreglado que firmaran autógrafos a la misma hora que me pidió que estuviera en el hotel. Tuve que pelear por mi vida. Fue horrible. De alguna manera, logré llevar a Bárbara y a mí entre los guardias de seguridad, la policía y los fans. Estaba esquivando el filo de lápices y lapiceras de buscadores de autógrafos que pasaban frente a mis ojos cuando alguien me pateó en la canilla. Cuando finalmente entré al lobby del hotel, estaba sacado. 
Marky fue la primera persona que vi. 
“Te odio”, grité. “Me viste, y no me hiciste pasar.” 
“No es cierto. No te vi. Dee Dee, payaso. Dame un beso. Te queremos.”
Esto es una mierda, pensé.
Monte estaba ahí. Se lo veía desbordado. Era triste verlo así. Mark estaba tratando de sonreír. Era esa sonrisa practicada estilo Hollywood que me hace poner más loco cuando la veo en la cara loca de Marc. Yo estaba perdiendo los estribos. Está tan demente como Monte, pensé. 
Lo vi a Johhny Ramone y no lo pude creer. Esto es serio, pensé. Se lo veía muy, muy mal. Realmente terrible. Muy quemado. Me sentí horrible por lo que estaba viendo. Esto no está bien. Estaba preocupado por Johnny Ramone del mismo modo en que estaba preocupado por Brian James unos pocos años atrás, cuando hizo la última gira con Damned. Pero pronto empecé a ordenar ideas y me sentí mejor. Esto es genial, pensé. Bárbara y yo terminamos cenando con ellos en el área lounge del hotel. Unos pocos fans privilegiados me acosaban mientras yo intentaba comer y hablar con un deteriorado Joey. 
“Dee Dee”, me dijo Marc. “¿Qué pediste?”
“Ya sabés, Marc”, respondí. “Un sandwich de carne y sopa francesa de cebollas. Las cosas más caras del menú; ya sabés, Marc, trato de sacarle el mayor provecho a todo esto.” “Sé a lo que te referís, hermano”, me aseguró amorosamente. Sabía que debajo de su calma, Marc planeaba secretamente un regreso. 
Me hizo sentir bien. Cómo podía detestar a ese tipo, pensé. Después de la cena, fui a la prueba de sonido en la van junto al promotor y el resto de la banda, excepto Johnny Ramone, que era demasiado miserable como para estar con Joey y Marc, así que fue solo en un auto con Eddie Vedder y sus amigos. 
Cuando llegaron al estadio en el que tocarían para 90 mil personas, todo estaba listo. Tomaron sus posiciones y empezaron a probar. El grupo podía impresionar a otras personas, pero no a mí. Eran buenos, pero ya no tenían onda. Johnny Ramone parecía más un tenista que un guitarrista, ¿saben? 
Al final, no me quedé para el show. No había recibido precisamente un trato privilegiado por parte de los Ramones, sus fans y la Rock & Pop. Traté de ser bueno en una situación mala, ser leal después de todos los agravios que había sufrido. Pero no funcionó. Que se jodan, pensé. En el camino de vuelta al hotel, en un semáforo en rojo, abrí la puerta de la van y salté. Paré un taxi y antes de que entendieran qué estaba pasando, yo iba de regreso a Banfield, a la casa de la abuela de Bárbara. Sus hermanas, Sofía y Rocío, estaba peleando tan amargamente para decidir quién iba con quién con los cuatro tickets que les había dado, que les di los dos que me había dado Rock & Pop para conservar la paz. Así que no fui al show. Lo escuché por radio en la cocina, tamborileando nerviosamente los dedos contra la mesa de linóleo. 
Sentía que no había excusa para la manera en que me habían tratado. Era bastante irrespetuoso pedirme que fuera a tocar una canción con ellos, arreglar una hora para encontrarnos, y después no hacerse cargo de lo que pasara conmigo afuera del hotel.
Muchos incidentes de esta clase me amargaron respecto de los fans y de los Ramones. Hubo tanto alboroto alrededor de un posible documental sobre el último show de los Ramones que los dejé hacer: les pasé mi número de teléfono y dije que estaría disponible. De alguna manera sabía que nunca sucedería. 
Una historia de los Ramones no puede tener final feliz. Me alegra que se haya terminado, aunque algo de todo eso haya sido divertido. Me parece que los Ramones no deberían tocar más juntos. No lo digo sin pensarlo: en verdad me preocupo por ellos, y por mí mismo. Les deseo buena suerte a todos los de la banda. A causa de nuestra relación, estamos todos lastimados. Nos herimos el uno al otro. Mi libro cuenta la historia. Es una historia que me alegra haber contado.




martes, 31 de mayo de 2016

"La fuerza de los fuertes"; Jack London

Y tras la muerte de Nariz-Partida, únicamente otro hombre se atrevió a levantarse y a decir lo que pensaba; y ese hombre fue Cara-Peluda:
-¿Dónde está la fuerza de los fuertes? -preguntaba-. Nosotros somos los fuertes y todos unidos somos más fuertes que Diente-de-Perro, Cara-de-Tigre, Tres-Patas, Quijada-de-Cerdo y todos los demás, que no hacen nada sino comer y debilitarnos con el daño de su fuerza inicua. Los hombres que viven en la esclavitud no son fuertes. Si el primer hombre descubrió el valor y la utilidad del fuego hubiese utilizado su fuerza, hubiéramos sido todos sus esclavos, del mismo modo que lo somos hoy de Barriga-Chica por descubrir la ventaja del uso de la trampa de pescar, y de los que descubrieron la utilización de la tierra, las cabras y el agua de fuego. Antes, hermanos, vivíamos en los árboles y nadie estaba seguro. Pero ya no luchamos entre nosotros. Hemos aunado nuestra fuerza. Entonces, dejemos de luchar ya contra los comecarne y unamos nuestra fuerza a la suya. Así seremos verdaderamente fuertes. Entonces podremos caminar juntos, los comepeces y los comecarne, y terminaremos con los tigres y los leones, con los lobos y los perros salvajes, y apacentaremos nuestras cabras en todas las laderas y plantaremos grano y raíces en los valles altos. Y ese día seremos tan fuertes que los animales salvajes huirán de nosotros o perecerán. Y nada podría detenernos, porque la fuerza de cada hombre será la fuerza de todos los hombres del mundo.
Así habló Cara-Peluda, y ellos le dieron muerte porque decían que era un salvaje y que quería volver a vivir en los árboles. Era algo sumamente extraño. Siempre que aparecía alguien que quería avanzar, los que permanecían inmóviles les decían que lo que quería era ir hacia atrás, y que había que matarle. Y los pobres les ayudaban a lapidarle, porque eran necios. Todos éramos necios, excepto los que engordaban sin trabajar. A los necios se les llamaba prudentes, y los prudentes eran lapidados. Los que trabajaban no tenían suficiente para comer y los que no trabajaban comían demasiado.
Y la tribu siguió perdiendo fuerza. Los niños eran débiles y enfermizos. Y por no comer suficiente nos sobrevinieron extrañas enfermedades y moríamos como moscas. Fue entonces cuando nos atacaron los comecarne. Muy a menudo habíamos seguido a Cara-de-Tigre al otro lado de la divisoria para darles muerte. Y ahora venían ellos a cobrárselo en sangre. Nosotros estábamos demasiado débiles y enfermos para defender la gran muralla. Y ellos nos exterminaron a todos, salvo a algunas mujeres que se llevaron con ellos. El Pulga y yo logramos escapar, y yo me escondí en los lugares más agrestes y me convertí en un cazador de carne y ya nunca volví a pasar hambre. Un día robé una mujer a los comecarne y me fui a vivir en las cavernas de las montañas altas donde no pudieran encontrarme. Y tuvimos tres hijos, y cada uno de ellos robó una esposa a los comecarne. Y el resto ya lo sabéis, pues ¿no sois vosotros los hijos de mis hijos?"
Pero, ¿y el Pulga? -preguntó Corre-Ciervos-. ¿Qué ocurrió con él?
Se fue a vivir con los comecarne para hacer canciones en honor al rey. Hoy es ya un anciano, pero todavía sigue con sus viejas canciones; y cuando surge un hombre que desea avanzar, él canta que ese hombre lo que desea es retroceder para volver a los árboles.


viernes, 27 de mayo de 2016

"Seeds Grow in The Dark"; Robert Augustus Masters

Seeds grow in the dark - so do we.
Let’s stop making such a virtue out of the light
and turn toward what’s in the shadows
and breathe it in, breathe it here
meeting it face to face
until we realize
that what we are seeing
is none other than us
in endarkened disguise
Seeds grow in the dark - so do we.
Let’s not be blinded by light.
Let’s unwrap the night
building a faith too deep to be spoken
a recognition too central to be broken
until even the darkest of days
lights our way




jueves, 26 de mayo de 2016

Eugenio Carutti sobre lo intolerable de lo irrepetible

Lo mismo ocurre con lo que sucede por única vez y no volverá a repetirse: lo irrepetible es impensable para nosotros. Lo único —lo realmente singular— no puede ser pensado, es decir, relacionado. Aparece como un relámpago que la memoria es incapaz de reconocer y se desvanece como si no hubiera existido. Cuando algo realmente nuevo sucede, todo nuestro sistema perceptivo se altera y se esfuerza hasta encontrar —o imaginar que ha encontrado— alguna similitud con los hechos anteriores y conocidos. Afanosamente vamos en búsqueda de la cadena de causas y efectos que necesitamos distinguir, para que algo cobre existencia para nosotros.
Conocer implica establecer la trama de semejanzas dentro de la cual distinguimos diferencias. Nada se puede decir de lo irrepetible. Rehuimos las singularidades porque están más allá de la actividad de nuestro pensamiento; pero también porque quiebran por completo la dirección de nuestro deseo. Aquello que no presenta una imagen reconocible, que no posee forma ni significado, que no reproduce ninguna sensación conocida o imaginada, nos deja perplejos y nos resulta intolerable.