martes, 5 de abril de 2016

Yannis Yfantís sobre el sol, la luna y las estrellas.

El sol y la luna aparecen con fuerza en tus poemas, “también se abre encima el cielo con todos sus animales y sus estrellas”, ¿qué lazos secretos nos emparentan con ese mapa sideral?

Pienso que la palabra hebrea “alleluia” se entiende plenamente solo si aceptamos que procede de la palabra griega “αλληλουχία” (allilouhia), a saber; “secuencia”.  “Aλληλουχία” quiere decir que cada cosa contiene todas las cosas y es contenida por todas las cosas. “Aλληλουχία” quiere decir que cada cosa está en relación con el todo y el todo en relación con cada cosa. Y, al fin y al cabo, todos los humanos, todos los seres, todas las cosas, son UNO.

¿Pero qué es el sol? ¿Un disco brillante con rayos al que las flores, que son hijas suyas, se suelen parecer? ¿Una esfera brillante a la que todas las frutas, que son hijas suyas, se suelen parecer? ¿El líder del sistema planetario? Nosotros y los planetas somos sus miembros. Su sangre corre por nuestras venas, en partes amarilla, en partes roja, en partes verde. Él es nuestro corazón y nuestra mente, y nosotros, sus miembros. Lo vemos afuera de nosotros, pero, en realidad, él es el núcleo del cuerpo que abarca todo el sistema planetario y todo lo que existe en este sistema (planetario). La Tierra y todo lo que en ella existe es parte del cuerpo que llamamos el Sol.

¿Y la luna? El satélite de la tierra. Pero tiene un rostro. Si estuviera más lejos, no podríamos verle el rostro. Si estuviera más cerca, no podríamos verle el rostro. Está a la distancia exacta para que podamos ver en ella un rostro. ¿No es mágico nuestro mundo? No podemos mirar nuestro rostro-sol, pero podemos mirar nuestro rostro-luna.

¿Y las estrellas? Son los rostros nuestros, las moléculas de nuestros propios cuerpos cuando nos miramos en el espejo del vacío; cuando nos miramos a nosotros mismos, que somos una ilusión tan completa, que nos percibimos como una realidad absoluta. Tal como nunca conocemos el yo verdadero que somos en realidad, así tampoco conocemos verdaderamente a las estrellas. La mayoría de las estrellas que vemos ya han desaparecido, de modo que vemos como estrellas la luz que desde ellas alguna vez comenzó a viajar hacia nosotros. Y hay estrellas que están vivas en este preciso momento, pero no podemos verlas porque su luz aún no nos ha alcanzado. Tenemos que arreglarnos con un yo que no existe y que vemos sin embargo como un yo existente. Y hay un yo que existe, que sin embargo no vemos como un yo existente. El mundo es mágico y yo, un Insensato que existe y no existe, que recorre los infinitos yoes que me rodean, caí bajo su encanto. Y si tuviera que hablar en términos puramente científicos, diría que la luz mira a la luz y le da varios nombres. “Ya no sé cómo hablar, ni cómo pensar”.




                                 La entrevista completa acá


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